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27 Si la única verdad es la realidad ¿por qué no inventamos una realidad mejor?   por   marisita
 
 
Arcadia 1/6/2009 | 10:42:50 PM  
 
Taxista, raza incomprendida
En los taxis transcurre una vida paralela, en su mayoría, documentales históricos del comportamiento de los humanos.
Tags:
  Cuentos   relatos   metaliteratura   literatura latinoamericana   revista de literatura   Ana Abregú   poemas   poesías
 
Siempre que subo a un taxi y me invade olor a tabaco, por las dudas, le pregunto al chofer, antes de entrar, si va a realizar el viaje sin fumar.
Esto lo hago desde que una vez, uno se enojó porque en el medio del viaje, quiso encender un cigarrillo y ante mi pedido de que por favor no fumara, el tipo se enojó, detuvo el auto y me pidió que me bajara, aduciendo que en su auto él hacía lo que se le daba la gana; yo no tuve problemas con bajarme pero le quise pagar el tramo que me llevó, menos la bajada de bandera, porque me veía obligada a tomar otro taxi por su culpa, no la mía, lo cual generó una disputa en el medio de la calle, que tuvo que dirimir un policía que andaba cerca.
Finalmente terminó por tener que irse sin cobrar, porque yo llevaba el asunto hasta la comisaría.
El tipo decidió que perdería mucho más con uno o dos días detenidos, porque yo ya lo estaba acusando de agresión, mal trato, e incumplimiento del servicio, porque no sé si saben que los taxis tiene obligación de llevar el pasajero al destino que este les indique y al ser un servicio público, y no privado, no existe tal cosa como “derecho de admisión”, y como el mismo policía estaba de acuerdo con mi queja, la cosa terminó ahí, luego de una hora de discusiones en las que la concurrencia se inclinaba a favor de uno y de otro, alternativamente.
En fin, el caso es que por eso siempre pregunto en cuanto sospecho, por el olor, si en el taxi se fuma, aunque no siempre es culpa del chofer, sino a veces de los pasajeros, que no respetan al chofer y le fuman encima sin tener consideración, que aunque el chofer no les diga nada, ni le moleste, no tienen derecho a dejar ese olor, ni a estropearle los pulmones al chofer que quizás por necesidad no dice nada.
El caso es que tomo un taxi y como huelo el desagradable hedor le pregunto:
Yo: Por favor, mientras yo esté en el taxi, le voy a pedir que no fume, si no le molesta, sino, me avisa y tomo otro taxi.
Taxista: No, no hay problema, suba que la llevo.
Ya arriba, el taxista, como la mayoría quiere entablar conversación.
Taxista: Me hace un favor a mí, al final, me ahorro de fumar al menos lo que iba a fumar mientras usted está en el taxi. Mi esposa también me reta, y me pide que no fume en la casa, tiene miedo que lo chicos aprendan de mi y empiecen a fumar.
Yo: Es decir que usted se da cuenta que el cigarrillo hace daño, ¿no es razón suficiente para no fumar, en vez de que los chicos no aprendan?, porque aunque ellos no aprendan, si usted fuma en su casa, ellos también fuman.
Taxista: Noooooo…en mi casa no fumo, no, no, en la casa con los chicos no fumo, ellos nunca me ven fumar y no hay humo en mi casa.
Yo: Si se da cuenta del daño, entonces por qué fuma en la calle, donde están los hijos de los demás, ¿acaso los hijos de los demás son menos importantes que los suyos? Usted es el que está en la calle fumando cuando los hijos de alguien, que puede ser los suyos están en la calle.
El tipo se quedó mudo hasta llegar a destino. En el aire flotaba un clima enrarecido, debo admitirlo.
Cuando llegamos, me dice:
Taxista: La verdad es que nunca lo había pensado de ese modo. Me hizo notar, que aunque yo no fume para mis hijos es lo mismo, sino es mi humo es el de otro, así que ahora me siento menos culpable.
En otras palabras: los fumadores siempre encuentran el modo de mentirse a ellos mismos, sin importar las circunstancias, como total el “otro” también lo hace, no creen que ellos sean un factor importante del problema.
Ahora si reemplazo la palabra fumar, por odiar, agredir, gritar, y toda otra situación que por indiferencia social no se registra como indigno, ese es el modo de pensamiento con el que se hace pedazos el planeta.
 
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  Comentarios: 2      
1- Citadino 6/10/2009 11:05:35 AM
Todo parece indicar que nunca has tenido suerte con esta raza esquizoide y arcaica que deambula por las calles, es una lástima, será que son cada vez menos los que lo toman como un oficio
 
2- Arcadia 6/10/2009 11:40:39 AM
jejeje, me hiciste reir...nah...qué son 3 o 4 anécdotas en el mar de taxistas...lo que pasa es que una se acuerda de las que pasó mal trago. Y pienso como vos, que hay muchos taxistas que no se acostumbran de "oficio" a que son un servicio "para" la gente, y no sólo para ganar plata. Pero creo que pasa en todo, a mi, como diseñadora de sitios me pasa que los clientes me tratan mal, a la segunda entrevista, sin que se den cuenta que yo trabajo para que ellos tengan éxito, y que su éxito es el mio. Me tratan como los trataron a ellos, como si fuera que solo les van a sacar plata y no van a quedar conformes. Y así, la gente que ofrece servicos sin darse cuenta que no es solo por la plata, desprestigia el trabajo para el resto que lo hace por ambas cosas, por oficio y por dinero. Gracias por tu comentario.
 
 
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